miércoles, 26 de junio de 2013

Capítulo 4: La ética como articulación de plenificación y convivencia

Ética civil y éticas de máximos.

Las éticas normativas son las que tienen sus propias propuestas de felicidad y de sentido. Estas mismas son las que distinguen la ética civil, o cívica o de mínimos y también la ética de máximos.  La propuesta implica la aceptación de una sociedad pluralista (el cual se puede considerar un mal menor) y del otro lado, la separación entre lo público y lo privado, diferencia entre el hombre y el ciudadano. Muchos eligen el pluralismo para llegar a una ética civil. Frente a las sociedades en las que se impone una ética global, se propone la alternativa de unos mínimos éticos exigibles universalmente para que puedan regular la convivencia. Esto también es conocido como la ética civil ya que se presentan como un marco adecuado para que diferentes máximos plurales puedan coexistir. Esto opone al dogmatismo de una única propuesta incuestionable, pero del lado contrario, también al politeísmo moral, lo cual se refiere a que cada grupo tiene sus propios valores.




La distinción entre privado y público (hombre y ciudadano), es el otro aspecto que se relaciona con el surgimiento de la ética civil. La modernidad distingue el ámbito privado, se refiere a las creencias y proyectos personales que pueden concretarse en instituciones privadas. Por el otro lado, nos encontramos con el ámbito público de las normas jurídicas y políticas de obligado cumplimiento.Existe el hombre (quien es un ser racional) que formula sus proyectos de bien, felicidad y autorrealización libremente apareciendo versiones plurales por respetar y por el otro lado se encuentra al ciudadano que es guiado por reglas universales de justicia que regulan la participación política y la convivencia. Al haber relegado la relación específica varón-mujer a la esfera privada, ha impedido que se apliquen a tal relación los criterios de justicia.

La distinción entre privado y público, fue ignorando las diferencias en las condiciones materiales entre los humanos, ignorando que sólo podemos elegi y realizar nuestros proyectos, ignorando que en la pobreza severa no hay más “proyecto de autorrealización” que el de sobrevivir. La ética civil es un conjunto de valores y normas morales que permiten construir libertad entre los individuos. Conforme pasa el tiempo la sociedad va cambiando de regías dependiendo de la sociedad en la que nos encontremos, ya que la sociedad vive en cambio continuo. Un ejemplo de estos cambios en la sociedad sería en la esclavitud. Años atrás, la esclavitud no era vista como algo malo, pero conforme pasó el tiempo se fueron reconociendo los defectos de este acto y es visto actualmente como algo extremadamente malo y un mal castigo.




La conciencia moral de mínimos puede ser identificada grosso modo con la ética de la tradición de los derechos humanos, en su sentido más pleno. La ética civil remite a la ética implicada en los derechos humanos tomados en su indivisibilidad, incluyendo derechos económicos, sociales y políticos. El estatuto impreciso de los derechos como solidaridad y tolerancia, en cuestión a culturas y diferencias globales, hace también imprecisos los deberes, se debe imponer un afianzamiento de la búsqueda de consenso éticamente maduro en torno a ellos. 




La ética civil no es confesional, surge de la sociedad laica y se dirige a una sociedad no regida por la confesionalidad; la justificación de esta ética es puramente racional e intramundana, de modo que puedan coincidir en ella creyentes y no creyentes. Las funciones de la ética civil son tres: la de unificar colectivos con diferentes éticas de máximos en torno a un núcleo que permita la convivencia justa y del modo que todos puedan participar y colaborar, después la ética civil debe ser la referencia inspiradora, justificadora y critica de las instituciones para regular el pluralismo y mediar la construcción de la sociedad, por último la ética civil tiene una visión crítica de aquellas cosmovisiones totalizantes que implican éticas de máximos que no respetan los mínimos morales que ella propone.

La naturaleza y dinámica de las éticas de máximos, nos dicen que la ética no se agota en lo exingible como universalmente obligatorio. Aparecen también normas, pero son más bien caminos hacia la meta de la vida lograda, en si las personas nos realizamos moralmente cuando vivimos una ética de máximos que asume la ética de mínimos.


Las éticas de máximos se relacionan con la pluralidad que es garantizada por la ética civil, al destacarse cuatro aspectos: primero las éticas de máximos son las referencias de sentido más pleno para las vivencias éticas de las personas y de los grupos, segundo estas éticas deben dejarse criticar e interpretar por las exigencias de la ética civil, tercero las éticas de máximos pueden alimentar la ética civil y en cuarto es la relación entre éticas de máximos.




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