INTRODUCCIÓN
La
ética es un saber practico no solamente teórico, exige ser realizado, quienes
la realizamos somos los “humanos
concretos”.
—Analizaremos
cuestiones mas relacionadas con el “sujeto moral”, que somos todos. Tenemos
tres que son las mas relevantes:
1.La
conciencia moral
2.La
responsabilidad
3.La
sabiduría práctica o prudencia
—La
Conciencia Moral
—Se le
asigna el proceso de deliberación y decisión que desemboca en la acción moral
de los sujetos.
—Historia
del pensamiento moral:
Tomás de Aquino: enmarca
la conciencia en la identidad
personal,
con esto la conciencia
adquiere el rango supremo en el ámbito moral. Se debe seguir
aunque contradiga a las autoridades morales; “El
ser humano no puede actuar contra su conciencia”
Marx:
la
conciencia es una emanación que tiene su explicación en la infraestructura
económica.
—Nietzsche:
la
relaciona con el resentimiento y la voluntad de poder.
—Freud:
la
relacionara como la tensión entre el yo y el superyo.
—La
reflexión sobre la conciencia moral es difícil, por eso se acude a la
metáfora-el saber poético- ya que se encuentra el acceso mas allá de la
realidad empíricamente descriptible. Las
metáforas mas significativas han sido la de la voz y la tribunal.
—Metáfora:
La Voz
—Relación
entre una fuerza constitutiva de si mismo y al mismo tiempo superior a si
mismo.
— La
conciencia se presenta como orientadora de la accion moral e impulsadora de la
misma.
—Se
plasman en ella los ideales, valores y criterios de comportamiento que se deben
seguir, así mismo se plasman los “juicios morales en situación” que indican lo
que se debe hacer en el aquí y el ahora, los ideales y normas.
Metáfora:
Tribunal
—Juez
que enjuicia nuestras acciones, emitiendo culpabilidad o inocencia y el castigo
correspondiente.
—También
esta metáfora puede ser referencia para juzgar
la propia ley jurídica o moral que nos proponen las autoridades
correspondientes
—Todas
las dinámicas de la conciencia moral previamente descritas, se manifiestan en
los “casos de conciencia”, que
revelan que la conciencia personal no se explica sin principios éticos, tampoco
desde una aplicación sistemática y deductiva, pues estos casos solo existen cuando
la conciencia se interroga por lo bien o mal de una aplicación.
La Responsabilidad
1. “Responsabilidad-responder”,
parece ponernos inmediatamente en relación con otros.
Responsabilidad
de uno mismo ante uno mismo, ser responsable de ser una persona que debe
realizarse como persona.
Me
compromete a dar a la individualidad en mí una cierta significación.
Soy
responsable de lo que “estoy llamado a ser”, discernir mi
persona y responder.
Respondiendo me constituyo, doy a mi
vida una significatividad adecuada, soy
yo mismo.
Responder
a mi proyecto
global de vida.
2. ¿De qué soy responsable, de qué tengo que
responder?
Debo
responder de aquello que me puede ser imputado.
Kant,
responsabilidad por la vía de
la imputación.
Si se nos imputa algo indebido aparece la
culpa y el castigo, en cambio, si se nos imputa una acción
meritoria parece connatural recibir una recompensa.
Responder
de la acción o la obra bien hecha, moral o que realiza el objetivo de la misma.
Se
debe imputar las consecuencias de una acción ilícita pero de la meritoria no ni
sus consecuencias.
Weber
dice que no es cierto que lo bueno produzca el bien y lo malo el mal, sino que
frecuentemente sucede lo contrario.
3. Reponsabilidad por
las consecuencias
Apel
propone distinguir dos partes la ética: La
parte A considera los principios normativos ideales. –La
parte B considera los principios de
la acción moralmente
responsible en situaciones en que las normas ideales no pueden suponerse realizadas.
No
hay que olvidar que lo importante es que lo bueno acontezca.
Posibilidad
de que se nos impute por “acciones por omisión”, es decir, aquellas en las que pudiendo hacer lo debido no
se hicieron, permitiendo que se generaran consecuencias malas.
En conclusión,
lo que se te imputa tiene en primera instancia la cara de la exigencia. La
responsabilidad hace así aparecer el lado adusto de la moral. El
que se nos pueda imputar algo, el que podamos atribuirnos nuestros actos con
sus consecuencias, es la condición de posibilidad de que seamos reconocidos y
que nos reconozcamos como sujetos. Apareciendo
así la cara plenificante de
la moral, que debe ser resaltada ante la obligante.
3
preguntas clave en torno a la responsabilidad:
—¿De
qué somos responsables?
—¿Ante
quién? – A los otros.
—¿En
virtud de qué? – A los otros.
¿Ante quién?
Somos
responsables fundamentalmente ante los otros a los que nuestra acción se dirige
explícitamente o a los que impacta.
Relación
cliente/profesional
Puede
ser impacto voluntario o no voluntario
—Personas
que interactúan con nosotros desde su autonomía.
—Personas
anónimas a las que les llegan las consecuencias de nuestras acciones.
—Personas
que fundamentalmente reciben nuestra influencia sin casi interactuar con
nosotros.
¿En
virtud de qué somos responsables ante los
otros?
—La
respuesta depende mayormente en el paradigma ético en el que la situemos:
-Liberal
-Discursivo - Utilitarista -Comunitarista
—Se
debe hacer referencia a Lévinas y su
concepción del “yo” y de “sí mismo” y como debe reflejarse la responsabilidad
para el otro.
Emmanuel
Lévinas
Relación del Yo en relación al Otro, en su
dimensión de temporalidad y trascendencia.
—No es el hecho de un sujeto aislado y
único sino que es la trascendencia en la apertura hacia los otros, en una
perspectiva diacrónica.
La
sabiduría práctica: La
conciencia nos llama a la responsabilidad y el alcanzar a esta misma se
discierne con el ejercicio de la virtud de la prudencia o sabiduría práctica.
La prudencia en la dinámica de la acción
moral:
1-
Acción
intencional, el fin es el elemento determinante de la realización (Ejemplo: los
motivos expresan las razones).
2-
Deliberación (reflexión del asunto).
*Aquí
se sitúa la prudencia*
3-Terminando
con una decisión (cuya puesta en práctica es dicha acción).
Aristóteles
—Definía
a la phrónesis como
una virtud clave.
—Modo
de ser racional verdadero y práctico, respeto de lo que es bueno y malo para el
hombre.
—La
prudencia, la verdadera comprensión de su naturaleza se da cuando observamos e
imitamos (porque nos atraen) a los que consideramos hombres prudentes.
Agnes Heller
—Él
vio un trasfondo lógico de la ética aristotélica y el modo silogístico para el phronimos, del
hombre prudente. El silogismo de la moral tiene dos premisas menores, con lo
que se saca una conclusión infalible.
—La
propuesta aristotélica abarca el riesgo, la relevancia y la creatividad de la
prudencia.
La
prudencia
—Se
contempla como algo que implica la vida entera, no solo un momento. Es
distinta a la sabiduría y la habilidad; de la
sabiduría se diferencia en que es saber de lo contingente, no de lo necesario. De la
habilidad se dirige a la realidad contingente, pero la prudencia es la
habilidad de lo virtuoso.
—La
deliberación
—Es en
si la actividad que define la sabiduría práctica. —El
agente moral mantiene un debate interno para formularse los problemas,
oportunidades, orientaciones y razones de sus obras. —El
debate se vuelve mas deliberativo al momento de tener varias alternativas. —Se
debe acudir al consejo de otros. No
existe claridad para la deliberación. La
sabiduría práctica armoniza valores cuando resultan conflictivos en la
realidad.
—Tres
momentos de Diego Gracia
—El
momento “A priori”: Para considerar la acción correcta, esta debe ser
universalizable.
—Momento
“A posteriori”: se debe considerar las condiciones particulares de los hechos y
evaluar consecuencias que deriven de los mismos.
—Tercer
momento: Se usa para evitar que las excepciones se conviertan en reglas y se
debe evitar llegar a esta excepción cambiando, de ser necesario, la situación
precisada.
CONCLUSIÓN
Se
llega al acuerdo en que la prudencia requiere de inteligencia práctica y una
buena voluntad. Se debe aprender a remitirse al sistema de bien y de normas
adecuado, conocer circunstancias externas y personales y también las
consecuencias.
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