miércoles, 26 de junio de 2013

Capítulo 5: La persona como sujeto moral que realiza la ética

INTRODUCCIÓN

La ética es un saber practico no solamente teórico, exige ser realizado, quienes la realizamos somos los “humanos concretos”.

—Analizaremos cuestiones mas relacionadas con el “sujeto moral”, que somos todos. Tenemos tres que son las mas relevantes:

1.La conciencia moral

2.La responsabilidad

3.La sabiduría práctica o prudencia

—La Conciencia Moral

—Se le asigna el proceso de deliberación y decisión que desemboca en la acción moral de los sujetos.

Historia del pensamiento moral:

  • Tomás de Aquino: enmarca la conciencia en la identidad personal, con esto la conciencia adquiere el rango supremo en el ámbito moral. Se debe seguir aunque contradiga a las autoridades morales; “El ser humano no puede actuar contra su conciencia”

  • Marx: la conciencia es una emanación que tiene su explicación en la infraestructura económica.

  • Nietzsche: la relaciona con el resentimiento y la voluntad de poder.

  • Freud: la relacionara como la tensión entre el yo y el superyo.

—La reflexión sobre la conciencia moral es difícil, por eso se acude a la metáfora-el saber poético- ya que se encuentra el acceso mas allá de la realidad empíricamente descriptible. Las metáforas mas significativas han sido la de la voz y la tribunal.

—Metáfora: La Voz

—Relación entre una fuerza constitutiva de si mismo y al mismo tiempo superior a si mismo.

— La conciencia se presenta como orientadora de la accion moral e impulsadora de la misma.

—Se plasman en ella los ideales, valores y criterios de comportamiento que se deben seguir, así mismo se plasman los “juicios morales en situación” que indican lo que se debe hacer en el aquí y el ahora, los ideales y normas.

Metáfora: Tribunal

Juez que enjuicia nuestras acciones, emitiendo culpabilidad o inocencia y el castigo correspondiente.

—También esta metáfora puede ser referencia para juzgar  la propia ley jurídica o moral que nos proponen las autoridades correspondientes

—Todas las dinámicas de la conciencia moral previamente descritas, se manifiestan en los “casos de conciencia”, que revelan que la conciencia personal no se explica sin principios éticos, tampoco desde una aplicación sistemática y deductiva, pues estos casos solo existen cuando la conciencia se interroga por lo bien o mal de una aplicación.

La Responsabilidad

1. “Responsabilidad-responder”, parece ponernos inmediatamente en relación con otros.


  • Responsabilidad de uno mismo ante uno mismo, ser responsable de ser una persona que debe realizarse como persona.

  • Me compromete a dar a la individualidad en mí una cierta significación.

  • Soy responsable de lo que “estoy llamado a ser”, discernir mi persona y responder.

  • Respondiendo me constituyo, doy a mi vida una significatividad adecuada, soy yo mismo.

  • Responder a mi proyecto global de vida.

2.  ¿De qué soy responsable, de qué tengo que responder?

  • Debo responder de aquello que me puede ser imputado.

  • Kant, responsabilidad por la vía de la imputación. Si se nos imputa algo indebido aparece la culpa y el castigo, en cambio, si se nos imputa una acción meritoria parece connatural recibir una recompensa.

  • Responder de la acción o la obra bien hecha, moral o que realiza el objetivo de la misma.

  • Se debe imputar las consecuencias de una acción ilícita pero de la meritoria no ni sus consecuencias.

  • Weber dice que no es cierto que lo bueno produzca el bien y lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario.

3. Reponsabilidad por las consecuencias

  • Apel propone distinguir dos partes la ética: La parte A considera los principios normativos ideales. –La parte B considera los principios de la acción moralmente responsible en situaciones en que las normas ideales no pueden suponerse realizadas.

  • No hay que olvidar que lo importante es que lo bueno acontezca.

  • Posibilidad de que se nos impute por “acciones por omisión”, es decir, aquellas en las que pudiendo hacer lo debido no se hicieron, permitiendo que se generaran consecuencias malas.


En conclusión, lo que se te imputa tiene en primera instancia la cara de la exigencia. La responsabilidad hace así aparecer el lado adusto de la moral. El que se nos pueda imputar algo, el que podamos atribuirnos nuestros actos con sus consecuencias, es la condición de posibilidad de que seamos reconocidos y que nos reconozcamos como sujetos. Apareciendo así la cara plenificante de la moral, que debe ser resaltada ante la obligante.


3 preguntas clave en torno a la responsabilidad:

  1. —¿De qué somos responsables?

  1. —¿Ante quién? – A los otros.

  1. —¿En virtud de qué? – A los otros.

¿Ante quién? 

Somos responsables fundamentalmente ante los otros a los que nuestra acción se dirige explícitamente o a los que impacta.

  • Relación cliente/profesional

  • Puede ser impacto voluntario o no voluntario

  • —Personas que interactúan con nosotros desde su autonomía.

  • —Personas anónimas a las que les llegan las consecuencias de nuestras acciones.

  • —Personas que fundamentalmente reciben nuestra influencia sin casi interactuar con nosotros.

¿En virtud de qué somos responsables ante los otros? 


—La respuesta depende mayormente en el paradigma ético en el que la situemos:

-Liberal   -Discursivo  - Utilitarista  -Comunitarista

—Se debe hacer referencia a Lévinas y su concepción del “yo” y de “sí mismo” y como debe reflejarse la responsabilidad para el otro.

Emmanuel Lévinas

El tiempo y el otro:

Relación del Yo en relación al Otro, en su dimensión de temporalidad y trascendencia.

—No es el hecho de un sujeto aislado y único sino que es la trascendencia en la apertura hacia los otros, en una perspectiva diacrónica.

La sabiduría práctica: La conciencia nos llama a la responsabilidad y el alcanzar a esta misma se discierne con el ejercicio de la virtud de la prudencia o sabiduría práctica.

La prudencia en la dinámica de la acción moral:

1- Acción intencional, el fin es el elemento determinante de la realización (Ejemplo: los motivos expresan las razones).

2- Deliberación (reflexión del asunto).

*Aquí se sitúa la prudencia*

3-Terminando con una decisión (cuya puesta en práctica es dicha acción).

Aristóteles

—Definía a la phrónesis como una virtud clave.

—Modo de ser racional verdadero y práctico, respeto de lo que es bueno y malo para el hombre.

—La prudencia, la verdadera comprensión de su naturaleza se da cuando observamos e imitamos (porque nos atraen) a los que consideramos hombres prudentes.

Agnes Heller

—Él vio un trasfondo lógico de la ética aristotélica y el modo silogístico para el phronimos, del hombre prudente. El silogismo de la moral tiene dos premisas menores, con lo que se saca una conclusión infalible.

—La propuesta aristotélica abarca el riesgo, la relevancia y la creatividad de la prudencia.

La prudencia

—Se contempla como algo que implica la vida entera, no solo un momento. Es distinta a la sabiduría y la habilidad; de la sabiduría se diferencia en que es saber de lo contingente, no de lo necesario. De la habilidad se dirige a la realidad contingente, pero la prudencia es la habilidad de lo virtuoso. 

—La deliberación

—Es en si la actividad que define la sabiduría práctica. —El agente moral mantiene un debate interno para formularse los problemas, oportunidades, orientaciones y razones de sus obras. —El debate se vuelve mas deliberativo al momento de tener varias alternativas. —Se debe acudir al consejo de otros. No existe claridad para la deliberación. La sabiduría práctica armoniza valores cuando resultan conflictivos en la realidad. 

—Tres momentos de Diego Gracia

  • El momento “A priori”: Para considerar la acción correcta, esta debe ser universalizable.

  • Momento “A posteriori”: se debe considerar las condiciones particulares de los hechos y evaluar consecuencias que deriven de los mismos.

  • Tercer momento: Se usa para evitar que las excepciones se conviertan en reglas y se debe evitar llegar a esta excepción cambiando, de ser necesario, la situación precisada. 

 CONCLUSIÓN

Se llega al acuerdo en que la prudencia requiere de inteligencia práctica y una buena voluntad. Se debe aprender a remitirse al sistema de bien y de normas adecuado, conocer circunstancias externas y personales y también las consecuencias.


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